domingo, 29 de agosto de 2010

"CASA DE MUÑECAS" DEL DRAMATURGO HENRIK IBSEN

El 23 de mayo de 2006 se cumplió el primer centenario de la muerte de Henrik Ibsen, el más ilustre escritor noruego, autor de “Casa de Muñecas”. Ibsen como dramaturgo fue el creador del drama moderno por sus obras realistas que abordan problemas psicológicos y sociales.
Ibsen nació el 20 de marzo de 1828 en Skien. Durante un tiempo trabajó como ayudante de un farmacéutico y comenzó estudios de medicina antes de dedicarse por completo al teatro. Fue director de escena del Teatro Nacional de Bergen de 1851 a 1857 y posteriormente director del teatro de Christiania, actualmente Oslo, la capital de Noruega. Entre 1863 y 1891, Ibsen vivió principalmente en Italia y Alemania gracias a una beca itinerante y, más tarde, a una pensión anual concedida por el Parlamento noruego. En 1891 regresó a Christiania, donde el 23 de mayo de 1906, murió.
Entre las primeras obras de Ibsen se encuentran dos dramas en verso. La primera, “Brand” (1866, estrenada en 1885), dramatiza la tragedia de una devoción ciega en una falsa idea del deber; y la segunda, “Peer Gynt” (1867), narra en términos alegóricos las aventuras de un oportunista encantador. Con “Los pilares de la sociedad” (1877), un ataque a la hipocresía y elogio al individualismo en la historia de un hombre de negocios sin escrúpulos, Ibsen daría comienzo a una serie de obras que le reportarían fama mundial.
“Casa de muñecas” (1879), “Los espectros” (1881) y “Hedda Gabler” (1890) son quizá sus obras más representadas. La primera provocó una importante controversia literaria. Cuenta el rechazo de una mujer a seguir siendo una fútil muñeca sin autonomía para su marido. “Los espectros” relatan la locura hereditaria y el conflicto generacional; mientras que “Hedda Gabler” retrata las relaciones de una mujer voluntariosa con los que la rodean y las consecuencias que siguen a su renuncia del deseo de vivir. También escribió “Un enemigo del pueblo” (1882), “El pato silvestre” (1884), “Rosmersholm” (1886), “La dama del mar” (1888), “El maestro contratista” (1892) y “Al despertar de nuestra muerte” (1900).
En casi todas, la acción dramática gira alrededor de un personaje en conflicto con las críticas de la sociedad contemporánea y estalla al irse conociendo los acontecimientos del pasado. El teatro de Ibsen ha sido plenamente aceptado en Europa Occidental y es un clásico que se sigue representado son asiduidad. En España influyó en autores como Echegaray, Benavente y especialmente en Benito Pérez Galdós. La obra de Ibsen fue defendida por críticos tan prestigiosos como George Bernard Shaw en Inglaterra, y Georg Brandes en Dinamarca. Como señalan los críticos, el público se identifica con los personajes de Ibsen y los reconoce como auténticos y cercanos. Sus obras señalan el final del melodrama excesivamente romántico y artificial, tan popular en el siglo XIX. Su influencia en el drama del siglo XX es inmensa.

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